Recorre con nosotros los regalos que más ilusión le hicieron a tu padre y elige uno para que nunca olvide este año.
La mejor piedra de todo el río pintada con mucho cariño era el regalo más especial que se le podía hacer a un padre.
Fue una gran piedra
que pisó grandes papeles.
Lo más divertido era aplastar el barro a puñetazos. Además un bonito cenicero viste mucho cualquier mesa.
Si apenas lo usaban
era para no ensuciar tal creación.
Una obra de tecnología punta.
Hasta que estaba terminado nadie entendía bien qué hacía enrollando lana.
Todos los padres lo usaron de llavero
durante aquel día.
Es sorprendente cómo con cuatro simples elementos se creaban preciosas estampas rurales.
¿De dónde vendrá ese instinto de utilizar macarrones y algodón
para recrear casas y montes?
Era necesaria una gran visión espacial para construir un bote de lápices con unas simples pinzas de madera.
Lo más divertido era echarse
el pegamento por la manos.
Un solo grano de sal mal puesto podía echar a perder la perfecta armonía entre las tonalidades de los diferentes colores.
Todas las estanterías del mundo
han exhibido alguna.
